jueves, abril 19, 2007

Locura transitoria. Foucault

Avanzaba por el bosque de llamas intentando no quemarse mientras en su cabeza resonaba el timbre de una canción. Sus notas se expandían, casi le rozaban; y en el fondo una sensación. Era como el corte de una espada, casi como el roce de la piel de un melocotón. Nada tenía sentido; pero sin embargo ningún momento había sido tan sencillo como aquél. Nada que importe, nada de lo que tratar. El simple devenir, la cruda realidad. El chico siguió corriendo, feliz por aquel valle maldito en un vano intento de alcanzar el sol; y lo logró.

miércoles, abril 04, 2007

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí

Te levantas cada mañana con el timbre del despertador. Te vistes como cada día con lo primero que encuentras y como cada día te echas a la calle. El mismo camino, el mismo recorrido y las mismas caras sucediéndose al otro lado del cristal. Te sientas delante de un ordenador y el día se consume.

Y vuelta a empezar. Cada día es igual al anterior y la vida fluye perezosa. Y con pereza aguardas el inicio del próximo. Aunque quizás algún día el dinosaurio deje de atormentarte. Quizás….