jueves, diciembre 27, 2007

Puntos de vista. Otro eslabón en la cadena.


Figuras, motas de colores circulando entre el gris de la ciudad. Batallas, luces y sombras, artificios y magia. Podría haberse quedado observando ese cuadro durante años. En ese mismo lugar, sentada por siempre. Viajando entre sus trazos, surcando las verdades en sus mentiras, gozando de cada soplo de color. Sólo ella y la pintura, sin nada que la molestase; sería perfecto.

No podía imaginarse nada tan bello. En toda aquella galería de arte no había nada que pudiese comparársele. Ella era perfecta. Sentado allí junto a ella, mientras observaban juntos un cuadro, no podía si no mirarla de reojo y soñar. Soñaba en quedarse en ese mismo lugar, sentado por siempre. Solos ella y él, sin nada que los separase; sería perfecto.

Estaba harto, harto de mentiras, de que sólo saliesen cruces al tirar la moneda. Al menos podrían irse. Otra parejita feliz. Le reventaban las parejitas felices. Había ido a ese lugar en un intento de olvidar, de huir y aquello le había explotado en la cara. Es que todos necesitaban mostrar su amor en público. Sentaditos en ese banco, ¿a qué jugaban?. De pie en el otro extremo de la sala sólo podía imaginárselos desapareciendo. Se quedaría solo, por fin solo, sin nadie que lo dañase; sería perfecto.

Lo había perseguido a lo largo de toda la galería, no había podido evitarlo. Realmente jamás había creído en el amor a primera vista, sensiblerías de Hollywood pensaba. Pero siempre dicen que la realidad supera a la ficción. Y allí estaba ella siguiendo su embriagador rastro. De pronto vio su mirada. El odio y el resentimiento rugían en su interior. Y al otro lado de la sala número V de aquel museo una pareja observaba un cuadro. No necesitaba saber más. Se giró y, lentamente abandonó el edificio con los ojos llorosos mientras se repetía que no lo conocía, que no importaba. Aún así no podía evitar fantasear. Solos él y ella, sin nadie que lo estropease; sería perfecto.

Mientras tanto, en su atalaya, el Obervador, como siempre, observaba. No pudo evitar esbozar una sonrisa ante lo que veía. Una sonrisa que duró tan sólo unos segundos; los que tardó en empezar a preguntarse si el suyo no sería tan sólo otro mero punto de vista.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo
te leo,veo
y más que el eslabón
que forma parte de una cadena
me sugiere una teoría en forma de pirámide.

1:01 a. m.  
Blogger SuperCoco said...

Quizás, aunque quizás también dependa de como se mire.

10:33 p. m.  

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