Filosofía de bar

Los días pasan, las tardes avanzan y las noches mueren. Y por toda la ciudad personas van sentándose en mesas tras una taza, una copa o un vaso. Buscando en su fondo la respuesta a una pregunta que no alcanzan a comprender. Miran fijamente su reflejo en los negros estanques de café intentando desentrañar lo que se oculta tras esos conocidos ojos; admiran el destello de las gotas de la jarra intentando captar el fulgor de alguna llama; o saborean el cristal de las copas con la melancólica felicidad del derrotado. Pero todos notan el peso de la realidad al llegar al final. Ésta les sorprende desde esos sucios pozos y los devuelve a sus sillas. Y con respuestas que ya sabían, se levantan y se marchan dejando tras de sí tan sólo un papel doblado, una colilla o el carmín de sus labios marcado a fuego en el borde de un vaso.